Por Oscar Alzate Gómez- Asociado Acord Risaralda
En un vibrante partido, que finalizó 3-3 entre Deportivo Pereira y Junior de Barranquilla por la novena fecha, terminó en escándalo de marca mayor por cuenta de la decisión del juez central Andrés Rojas, al convalidarle al conjunto visitante el último gol que generó la paridad, sobre el minuto 96.
El concepto de algunos analistas, periodistas y hasta fanáticos, aseguran que el pito en cuestión, interpretó la jugada de forma errada, en razón de que el delantero Carlos Bacca, amagó con cabecear, distrayendo al meta local, lo que generó que finalmente el “Titi” Rodríguez, decretar la tercera anotación.
Esta decisión interrumpió la sexta seguidilla de partidos ganados por parte del Pereira, y de paso lo privó de ocupar la primera casilla de la Liga, quedando relegado a la tercera posición con 17 puntos.
Por su parte el juez central Andrés Rojas, argumentó a varios medios de comunicación el motivo de su decisión “la distancia a la que estaba Carlos Bacca, el cobrador del centro y el arquero, no influyeron para nada en la visión del arquero. El arquero vio claramente toda la trayectoria de la pelota y la distancia entre Bacca y el arquero le daba toda la posibilidad de reaccionar’”
Mientras la mayoría de la fanaticada se centró en cuestionar el citado gol, y piden a gritos sanciones, no nos podemos olvidar de la fantasía de partido que se jugó Carlos Darwin Quintero, y sus dos golazos, al estilo de los mejores del mundo.
Darwin sin lugar a dudas es el mejor futbolista de la Liga 2024 hasta la fecha y desde ya lo candidatizan para Selección Colombia.
En términos generales fue una fiesta maravillosa, en la que los jugadores “Matecañas”, no se dieron por perdidos y lograron voltear la balanza luego de ir cayendo (0-2), en el primer tiempo.
En las tribunas unos aproximados 25 mil espectadores, con banderas, cánticos, nutrida participación de menores de edad con camisetas adornaron el escenario. Ir al estadio se volvió un parche de familia en Pereira.
Jugada a Jugada
El conjunto visitante que venía de perder y su técnico Arturo Reyes en la cuerda floja, se notó a la legua que estudió bien a su rival de turno, dado que comenzó cerrando espacios en dos líneas de cuatro y dos adelanteros, recuperando a velocidad y anotando la primera diana a los 12 minutos en las piernas de Déiber Caicedo.
Por su parte el Pereira, con idéntico sistema desde muy temprano, comenzó inquietando con Darwin Quintero, que, a diferencia de los primeros partidos, que se caracterizaba por entregar la pelota en el área, en este juego, se dedicó a rematar de primera y terminó cabalgando solitario en la individual, estrategia que le dio resultado, pues convirtió dos golazos y le anularon un tercero. Como para utilizar una metáfora “Darwin se tragó la cancha”.
Para la etapa complementaria, Pereira perdiendo (0-2), el cuerpo técnico se la jugó con el ingreso de Jhonny Jordan, quien le generó mayor salida y dinámica por el costado izquierdo. Rápidamente, Quintero al minuto 47 y Jordan al 52, igualaron la pizarra, y llenaron de emoción y esperanza a la tribuna.
No era tanto el juego vistoso y colectivo del equipo, era más las pinceladas de magia que dejó Quintero en la cancha, incluso luciendo un poco individualista, pero en esta jornada se le perdonó todo; también se destaca el esfuerzo de Juancho Ríos, como cabeza de área,
recuperando, eso sí, se excedió protestando y manoteando.
Paradógicamente, luego de ver la roja el central “matecaña” Aguilar, aparece la tercera anotación en las piernas de Darwin, a nueve minutos del final, era cuestión de cuidar el marcador; en el tiempo adicional se genera la citada controversia con la igualdad de los barranquilleros.
El cuestionado empate generará debate durante varios días, pero ya no se puede hacer nada, las decisiones arbitrales son sagradas; mientras tanto el Deportivo Pereira debe preparar el siguiente clásico ante el América en casa, este sábado dos de marzo. Se espera un lleno total.
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