"Amamos el deporte, lo disfrutamos al máximo"
Actualizado: 17 nov 2020
El deporte les transformó la vida. Así lo reconoce Daniel: “La vida nos dio un cambio de 180 grados y el deporte fue una escuela y un camino que nos tiene en lo más alto hoy en día”. Mientras Oscar afirma: “Claro, amamos el deporte, lo disfrutamos al máximo”.
Ellos son los hermanos Daniel (hapkido) y Oscar Andrés Garcés Franco (levantamiento de pesas), santarrosanos que hacen parte del programa Deportista Apoyado 2020 Gobernación de Risaralda ‘Sentimiento de Todos’
Su familia es algo numerosa. Daniel es el sexto en la escala de 8 hermanos (una mujer que es la hermana mayor y 7 hombres) criados gracias al amor de la madre pues el padre falleció cuando él tenía 8 años y Oscar era apenas un niño de un año. “Ella nos ayudó a crecer con valores y principios de vida que hoy nos caracteriza” afirma Daniel.

Oscar Andrés es el menor de esas familia –hoy tiene 22 años- y llegó a las pesas motivado por Daniel…
“Conocí las pesas en el año 2010 por mi hermano. El me dijo que si le ganaba a un niño que estaba entrenando acá en el municipio iba a un campeonato totalmente gratis. Y así fue., empecé a practicar el 23 de agosto del 2010 y en diciembre viaje a Roldanillo, a mi primer campeonato nacional y ocupé el tercer lugar. El me enseñó bastante para que yo progresara en pesas. Antes había practicado el tenis de mesa y microfútbol”.
Daniel, por su lado, tuvo un camino que emprendió solitariamente y competitivamente llegó a practicar 4 disciplinas:
“Mi iniciación en el deporte fue a los 13 año. Por cosas de la vida llegué al coliseo y me invitaron a entrenar la lucha olímpica y fue allí el comienzo, ese año quedé de cuarto lugar en los juegos departamentales en Belén de Umbría y al año siguiente decidí entrenar judo obteniendo el segundo lugar en los juegos departamentales en La Celia”.
Prosigue contando su historia:
“Ya con las bases inmersas de lo que era el deporte competitivo tomé la decisión de hacer otra cosa y elegí levantamientos de pesas, a los 15 años obtuve el segundo lugar en los juegos departamentales de La Virginia y también, por mi desempeño y rápido aprendizaje, fui monitor del club de pesas de Santa Rosa durante 2 años”.
Un pasaje sentimental de su vida casi lo aleja del deporte…
“A los 18 me retiré de las pesas para continuar con las artes marciales y soñar con mi cinta negra. Pero me comprometí y forme un hogar a temprana edad y dejé las artes marciales por 2 años. Al terminar mi relación sentimental retomé de lleno el Hapkido enfocado a la competencia y al aprendizaje marcial”.

El mayor logró del pesista fue su título panamericano juvenil en el 2018 en Manizales acaparando todas las tres medallas de oro, un éxito que celebró con toda su familia y con sus amigos que viajaron a verlo competir: “invité a mucha gente que yo quería y me acompañaron, ahí fue donde descubrí que mucha gente me apreciaba”. Su objetivo es ahora el panamericano de mayores, que será un evento importante para el nuevo ciclo olímpico que se avecina.
Por su parte, el Garcés del hapkido resalta como sus mejores resultados la preciada plata de los Juegos Nacionales 2019 y haber sido elegido como Deportista del año 2018. Su objetivo próximo lo tiene claro: el oro en las justas del 2023. Y algo más: “tener mi propio club deportivo de artes marciales”
La relación entre ambos es la mejor. Resalta el hermano mayor que “compartimos el deporte como nuestro estilo de vida y como nuestro diario vivir y la buena comida que nos hace tan felices”.
El menor lo reafirma: “Con Daniel me la llevo muy bien. El fue de las personas que me ayudó a desarrollar la parte motriz, me acompañaba a jugar mucho de niño todo el tiempo y me ayudó a ser la persona que soy ahora”.
Y cómo se tratan amigablemente, acaso se tienen algún apodo, ese que no ha de faltar. Bueno, las versiones contrastan: “Hace muchos años le decíamos Osquítar por lo pequeño que era pero hoy en día su figura no contrasta con ese apodo”. Y el ‘Osquitar’ dice otra cosa: “Si nos tenemos uno mutuo: que es perrazo, antes yo salía con muchas niñas. Y yo también lo llamó así”.

En esta respuesta se marcan sus personalidades. Oscar siempre se ha notado más relajado y Daniel con su seriedad, acaso sea la diferencia de los años, aunque no son tantos.
Cada quien tiene un concepto del hermano. Daniel dice: “Mi hermano Oscar Andrés Garcés es un campeón de la vida, en sus genes ya trae la sangre de gladiador y el ímpetu que lo ha puesto en lo más alto de este país. No tendría que corregirle nada porque cada paso que da construye su camino de campeón”.
¿Y que piensa Oscar?
“Admiro mucho a Daniel por la responsabilidad que tiene, por el carisma, es una persona que le gusta hacer reír a todos, me gusta mucho lo cuadriculado que es, nosotros somos muy perfeccionistas y nos gusta siempre estar delante de todo, tener las cosas muy claras, igual en el deporte, tan disciplinado como lo soy yo. El es un duro del hapkido, sólo le falta es tiempo para seguir avanzando y mostrar el talento que tiene”.
El presente de ambos. Oscar está dedicado al deporte de alto rendimiento y es entrenador personal, pero piensa reiniciar estudios en un futuro. Daniel se profesionaliza como técnico en deportes y recreación y también cursa un diplomado en el Sena sobre bases del entrenamiento y planificación deportiva. Su vida quiere seguir construyéndola en torno al deporte.