Aplazan hasta el 2021 los Juegos Olímpicos de Tokio

El primer ministro, Shinzo Abe, ha llegado al acuerdo con el presidente del COI, Thomas Bach, para tomar la decisión ante las fuertes presiones del mundo del deporte.
Los Juegos Olímpicos de Tokio, que debían haberse inaugurado el 24 de julio, se aplazarán un año, hasta 2021. Así lo ha anunciado el ministro japonés para los Juegos, Seiko Hashimoto, en una rueda de prensa después de que el primer ministro nipón, Abe, mantuviera una conversación telefónica con el presidente del COI, Thomas Bach, para llegar a este acuerdo.
Abe dijo que ese aplazamiento lo planteó en una conversación telefónica que mantuvo con el presidente del COI, Thomas Bach, y que éste aceptó la propuesta.
"Japón, como país anfitrión, bajo las actuales circunstancias, ha propuesto que (el COI) estudie si se pueden aplazar cerca de un año (los JJOO) para que los atletas puedan tener las mejores condiciones", dijo Abe en declaraciones a los periodistas.
"Bach me respondió que está de acuerdo en un ciento por ciento", agregó, y señaló: "Así que hemos llegado al acuerdo de celebrar los Juegos Olímpicos en Tokio no más allá del verano de 2021″.
La televisión japonesa NHK ya había adelantado antes de la llamada telefónica que Abe propondría el aplazamiento, una medida que ha intentado evitar por todos los medios. Finalmente no le ha quedado más remedio que tomarla, ante la propagación de la pandemia de Covid-19 por todo el mundo.
El COI se había aferrado con todas sus fuerzas a mantener los Juegos este verano, pero finalmente ha cedido a las fuertes presiones en todo el mundo del deporte. Australia y Canadá, por ejemplo, anunciaron que no mandarían a sus atletas a competir si los Juegos se celebraban este verano, ante el temor al contagio por el coronavirus, mientras que Estados Unidos se sumó también a la petición de aplazar un año los Juegos.
El aplazamiento de los Juegos es una medida insólita. La cita olímpica solo ha dejado de celebrarse en 1916, 1940 y 1944 debido a las guerras mundiales.
Japón ha invertido 35.000 millones de euros en los Juegos, pero el coste de una cancelación total ascendería, según los expertos, a 67.000 millones.
Historias de cancelaciones
Hasta hoy, solamente tres Juegos se han suspendido, y ha sido por las guerras mundiales. En 1916, los Juegos Olímpicos iban a celebrarse en Berlín. Sin embargo, la Primera Guerra Mundial llevaba declarada desde 1914 y Alemania era uno de los países envueltos en la contienda. Por ello, el COI decidió suspenderlos, a pesar de que muchas de las instalaciones ya estaban construidas, como el Estadio Olímpico, inaugurado en 1913. Esta primera suspensión provocó que la sede del COI, que hasta entonces era rotatoria, pasase a tener un emplazamiento fijo, la ciudad suiza de Lausana, que sigue siendo la capital olímpica.
En 1940, se produjo la segunda suspensión. Entonces, como ahora, los Juegos Olímpicos iban a celebrarse en Tokio. La Segunda Guerra Mundial, que enfrentaba a los Aliados frente a las potencias del Eje, provocó que Japón renunciase en 1938 a la organización de aquellos Juegos. El COI hizo lo imposible para intentar salvar el evento, y lo trasladó a Helsinki. Sin embargo, en 1939, la Unión Soviética invadió Finlandia, y esto provocó que los Juegos de 1940 se cancelasen definitivamente. La suspensión alcanzó también los Juegos de Invierno de 1940, que iban a celebrarse en Garmisch-Partenkirchen, y de 1944, previstos en Cortina d’Ampezzo, así como los Juegos de 1944, que se producirían en Londres.
Boicots y atentados terroristas, razones de otras suspensiones
El 5 de septiembre de 1972, durante los Juegos Olímpicos de Múnich, se produjo un ataque terrorista en la villa olímpica en la que murieron 17 personas. Los miembros del equipo olímpico israelí fueron el objetivo de un comando terrorista palestino, Septiembre Negro.
Estos hechos y el posterior funeral en el Estadio Olímpico de la capital bávara provocaron que los Juegos quedaran en suspenso durante 36 horas, hasta que el presidente del COI, Avery Brundage, decidió que estos continuaran. Otro atentado, el del 28 de julio de 1996 en el Parque Olímpico del Centenario de Atlanta, provocó también un alto temporal en los Juegos, que se reanudaron tras 24 horas.
Más allá de esto, y durante los años de la Guerra Fría, los boicots fueron bastante frecuentes. En 1976, varios países africanos no participaron en los Juegos Olímpicos de Montreal en respuesta a la actuación de Nueva Zelanda, que había violado el boicot internacional a Sudáfrica, entonces aún bajo el apartheid. Cuatro años después, y por otro motivo de política internacional, la invasión soviética de Afganistán y la posterior guerra que se generó, Estados Unidos y sus países aliados decidieron no participar en los Juegos Olímpicos que se iban a celebrar en Moscú. Los soviéticos les pagaron con la misma moneda cuatro años después, decidiendo no participar en los Juegos de Los Ángeles de 1984.
La última gran crisis que puso en jaque la celebración de unos Juegos Olímpicos se produjo hace cuatro años y fue también por cuestiones sanitarias.
El virus zika, que se transmitía por la picadura de un mosquito y que podía traer complicaciones a las mujeres embarazadas, provocó que un grupo de científicos pidiese la suspensión de los Juegos de Río de 2016. Un grupo de deportistas, entre los que se encontraban los españoles Pau Gasol y Mireia Belmonte, mostraron su preocupación por el hecho, pero finalmente no hubo ninguna complicación y los Juegos pudieron celebrarse sin ningún problema.