Don Hernán Ramírez, volvió a celebrar un triunfo “Matecaña” de Primera

El 2 de febrero de 2020, quedará para la historia, los largos ocho años de angustia y desesperanza culminaron, el Deportivo Pereira tuvo su estreno como local en la primera división del fútbol profesional colombiano. “La Querendona, Trasnochadora y Morena fue testigo de la vuelta de un club tradicional con 76 años de existencia; el “grande matecaña” reencarnó de las cenizas del infierno de la segunda categoría para postrarse en el cielo de la A.
Luego de que el estadio Hernán Ramírez Villegas acogiera el Torneo Preolímpico durante 15 días, y ver el estadio lleno apoyando la tricolor Sub 23, Deportivo Pereira se estrena en casa ganado (2-0) al Cúcuta Deportivo. Midieron fuerzas en un marco que no se observaba hacía mucho tiempo en la catedral del balompié risaraldense; se sentía el aroma y ambiente a la A con aproximados 6.000 hinchas, por su puesto con superioridad de los roji-amarilla en la zona sur y en occidental.
Estos fueron los guerreros de Óscar Craviotto que conseguieron la primera victoria en la liga BetPlay: Harlen Castillo; Francisco Córdoba, Camilo Mena, Yoiver González, Alejandro Artunduaga; Ronaldo Tavera, Jhonny Vásquez, Jonathan Lopera, Delio Ramírez; Wilfrido de la Rosa, Jairo Molina. Parados con un 4-3-3.
Mientras que los elegidos por Jairo Patiño fueron: Juan Chaverra; Gilberto García, Cristian Valencia, Hanyer Mosquera, Tomás Maya; Jean Pineda, Juan Patiño, Cristian Mina, Matías Rodríguez, Michell Ramos y Luis Cabezas. Con una línea de 4-4-2 dedicados por completo a defenderse.
Para el hincha “Matecaña” este partido era muy especial, por mucho tiempo se vio relegado a la 1B; era tanto el fervor en la tribuna que hasta niños y adultos cantaban a todo pulmón el famoso estribillo de la barra brava Lobo Sur: “movete, depor, movete.”
Las opciones
Para recodar del partido, el equipo motilón con un remate de Ramos, que atajó muy bien el cuida palos Harlem Castillo, como una madre al recibir a su recién nacido en brazos. El Deportivo Pereira respondió con un zapatazo por parte de una las figuras el diminuto Delio Ramírez, después de sacarse a 2 rivales con una serie de fintas, y finalizando con un remate. Infortunadamente para el hincha auri-rojo la pelota pasó cerca y nada más.
Mientras los jugadores locales se batían en la cancha como leones feroces, el alcalde de la ciudad de Pereira, Carlos Maya junto a su Primera Dama Ángela Aguirre se dejaron contagiar por la euforia vivida en el estadio. Tanto así, que la hermosa acompañante por momentos se vio cantando y aplaudiendo al ritmo de los Lobos.
El timonel matecaña, Óscar Craviotto miró hacía el banco para hacer ingresar a Mateo Cano por Camilo Mena, joven que debutó oficialmente en primera, mostrándose veloz con la “pecosa” en sus pies. Con la finalización del primer tiempo, el público se hacía sentir, a pesar de la poca asistencia, las gargantas de los aficionados reventaban exigiendo goles y un buen fútbol.
Mientras que el “depor” ilusionaba a su gente dentro y fuera del escenario, el veterano periodista Danilo Gómez Herrera presentaba su libro “Deportivo Pereira la Historia ContinuA” en la parte baja del estadio; vendiendo un relato de sufrimiento y alegría sobre la campaña del 2019 en la 1B, sufrimiento que según los hinchas de corazón, se iguala al sufrimiento de un hombre privado de su libertad injustamente. Fueron muchos los que se dejaron tentar por adquirir y observar aquellas líneas que narraban la historia del ascenso matecaña.
Aficionados de todos los estratos, o todo aquel que simpatizara con el Pereira, soñaba con ver con sus propios ojos, un gol en su estadio siendo de primera división. Anhelo parecido al de un soldado americano que sueña con ver a su familia después de meses en el campo de batalla.
En el minuto 54 de juego, un golpe de Hanyer Mosquera en la mejilla derecha de Wilfrido de la Rosa, al mejor estilo de la UFC, generó la expulsión del defensor central, dejando con 10 gladiadores al ejército norte-santanderiano que complicaba su deseo de llevarse los 3 puntos en la bolsa devuelta a Cúcuta. Acción que obligo el cambio de Michael Ramos por Diego Peralta para ayudar en la saga defensiva.
Con un continuó apoyo de toda su hinchada tanto en el estadio, como fuera de él, Deportivo Pereira tuvo en los botines de Delio Ramírez, la posibilidad de encajar el primero de la tarde, el cual empezaba a hacerse gris tanto por el resultado y por el clima. Sin embargo, en esta oportunidad fue el horizontal el que negó el alarido ostentoso de gol, ocasionando un ¡Uhhh!, y un posterior recordatorio a la madre del jugador no muy amable.
El segundo cambio para el “motilón” fue el de Juan Caicedo por Matías Rodríguez todo esto para intentar manejar los tiempos en el partido. Los ojos de Jairo “viejo” Patiño reflejaban descontento por ver como su equipo sufría el partido. Desesperación que se convertiría en tristeza tiempo después.
El conjunto “Matecaña” manejó el balón con un hombre de más, encontrando espacios en el medio campo y defensa de su rival, semejante a un tanque de guerra. A los 29 minutos, el jugador Jairo Molina puso a celebrar a todo el estadio después de una desconcentración del Cúcuta en las marcas. Con un grito fuerte la afición que aguantó burlas y mofas de sus rivales por años, pudo gritar un gol después de más de 2.950 días.
Jairo Patiño quería que su equipo emparejara el marcador, pero debía cuidar la saga defensiva por eso ingresa Agustín Vuletich por juan Patiño. Y así tener un hombre espigado ayudando en marca cumpliendo un función en el medio campo, pero también, teniendo la opción de un contragolpe con un delantero que buscó descontar y no pudo.
Óscar Craviotto siempre analítico y estratégico decidió que había que soltar a la “fiera.” Diego Álvarez, goleador de raza, sustituyó a Jairo Molina en el minuto 81 para que el equipo tuviera más volumen ofensivo. Pensamiento que repitió con el ingreso de Jorge Posada por Wilfrido de La Rosa el cual saldría aplaudido no solo por el partido esta tarde, sino por sus actuaciones en los dos primeros compromisos de la Liga.
El “Grande Matecaña” con un fútbol agresivo y con la confianza del primer grito de gol que se traducía en una victoria en la A después de 8 años, buscó y buscó hasta que en el minuto 93 cuando el telón de la función caía, Jorge Posada anotó y puso a gritar una vez a la fanaticada.
Aprovechando una nueva asistencia de Mateo Cano, el jugador marcado con la camisa 21, convirtió el segundo de la tarde pereirana, con dedicatoria incluida para su bebé que viene en camino.
Una jornada para resaltar que todavía existe una afición que puede contar más anécdotas de frustración que de alegrías…pero se ganó en casa y eso era lo que importaba…Para muchos la muestra del verdadero amor por una institución y los colores…El próximo juego será este domingo nueve de febrero, ante la Equidad de visitante.